Un día de reflexión y análisis sobre el solidarismo, sus necesidades y ¿cómo mejorarlo?, además de una visión de la situación socioeconómica del país, marcaron una jornada intensa de trabajo durante el Segundo Foro Solidarista de CONCASOL.
Trabajadores solidaristas de todo el país se dieron cita en el Hotel Aurola Holiday Inn, desde las 8 de la mañana, para ser parte de este evento, donde también fue premiada su asistencia con obsequios de los patrocinadores.
El presidente de las y los solidaristas, presbítero Claudio María Solano, hizo un llamado a vivir el solidarismo con verdadera solidaridad, apoyando a los menos beneficiados, asumiendo los principios solidaristas como normas de vida.
Instó a los solidaristas a apoyar los programas de las organizaciones comunales, escuelas, colegios y gobiernos locales, para dar su granito de arena en la construcción de mejores condiciones de vida para todos los habitantes del país, de manera que Costa Rica se llegue a convertir en el país de la solidaridad.
Y no es una tarea tan difícil teniendo como base las estadísticas más actualizadas sobre el sector, presentadas por el master Federico Li, coordinador de la carrera de Administración de Asociativas y Cooperativas de la Universidad Estatal a Distancia, UNED.
Según sus análisis, basados en los datos del Ministerio de Trabajo, existen en la actualidad en el país un aproximado de 1.800 asociaciones solidaristas, que agrupan a 700 mil trabajadores.
Es sin duda la mayor y más fuerte organización de la fuerza laboral, de allí que sus propuestas podrían contribuir en gran medida a mejorar la situación del país, como aliado del desarrollo.
94% DE SOLIDARISTAS ESTÁ EN EL SECTOR PRIVADO
Según explicó Federico Li, el 94% de esas 1.800 asociaciones se encuentran en el sector privado, y el sector público representa el 6% del total de asociaciones. Continúa siendo la asociación más grande del país la de la Caja Costarricense de Seguro Social, que agrupa a más de 35 mil trabajadores.
“Ha sido tal el éxito del solidarismo costarricense que para el año de 2005, las asociaciones solidaristas del país tuvieron que cancelar 12.000 millones de colones por concepto del 5% de la renta a los excedentes de sus asociados al Ministerio de Hacienda”, detalló Li.
Para el año 2011-según sus análisis- el capital social de las asociaciones solidaristas están alrededor de los $3.241 millones equivalentes a 1.620.500 millones de colones, que equivalen al 9,6% del Producto Interno Bruto.
“Siendo un sector que representa el 9% del PIB nacional, evidencia una ausencia de proyectos mancomunados de mayor envergadura y un banco solidarista sólido que ayude al desarrollo de proyectos sociales de los asociados de las diferentes asociaciones y a las asociaciones para que no tengan que apalancarse en la banca” explicó el especialista.
DEBILIDADES DEL SOLIDARISMO
A criterio del master Federico Li experto en temas solidaristas, quien hizo un análisis sobre el futuro del solidarismo, las principales debilidades del sector son la falta de un instituto de fomento solidario, que ayude y fomente el desarrollo de asociaciones solidaristas, así como la equidad de ayuda del Estado con un presupuesto para tal fin, al igual que lo tiene el sector cooperativo.
“Una debilidad latente del sector solidarista está en la parte de educación solidarista, tanto para sus asociados como a los trabajadores de este… Es muy importante la concientización de las personas que trabajan administrando la asociación de que el fin de la asociación solidarista es el ser humano y su medio la máxima rentabilidad de sus negociaciones”, detalló.
“Desde la perspectiva de gestión, es de suma importancia la profesionalización de las gerencias de las asociaciones, es importante reconocer que las grandes asociaciones tienen una excelente conformación de profesionales trabajando dentro de la asociación, pero las pequeñas, muchas veces están en manos de personas con poca o muy escasa formación académica en administración”, agregó.
Apunto como otra de las debilidades que enfrenta es que “dentro del sector que aboga por una paz social, existe un pequeño grupo de asociaciones solidaristas las cuales no han querido formar un solo eje dentro del sector solidarista para que se pueda trabajar en armonía y que las personas que están ajenas a esta lucha de poder dentro del sector, no tomen un concepto de falta de armonía, solidaridad, equidad y paz social principalmente”.
Los bajos niveles de encadenamientos dentro de las diferentes asociaciones solidaristas, así como con el sector cooperativo son otra de las debilidades señaladas por el especialista.
RETOS A MEDIANO Y LARGO PLAZO
El especialista considera que “el reto principal del solidarismo es ser punto de apoyo para crear una confederación de empresas u organizaciones socios laborales, llámese Economía Social o Sector de la Economía Laboral, que de forma e integre los diferentes intereses en uno solo, el cual beneficie más a Costa Rica y disminuya la pobreza”.
Enfatizó la necesidad de contar con un censo solidarista que permita tener un panorama más claro del sector para poder planificar acciones a futuro.
Y trabajar para que la Organización Internacional del Trabajo reconozca al solidarismo como parte de la economía social, al igual que lo hace con el sindicalismo y el cooperativismo.
“Falta una mayor concientización a la población nacional e internacional sobre las bondades y beneficios del solidarismo como precursor de la paz social, integración, cohesión, unión, creadores de desarrollo nacional y riqueza, así como el mejoramiento socioeconómico de sus asociados, y la colaboración en mejorar la justicia social entre los costarricenses”, detalló.
Llevar a otros países latinoamericanos el solidarismo para expandir sus beneficios, y tratar de incidir en las políticas públicas como lo hacen el sector cooperativo y sindical, figuran dentro de los retos del solidarismo planteados por Li.
“El reto principal del solidarismo es ser punto de apoyo para crear una confederación de empresas u organizaciones socio laborales, llámese Economía Social o Sector de la Economía Laboral, que dé forma e integre los diferentes intereses en uno solo, el cuál beneficie más a Costa Rica y disminuya la pobreza costarricense”, finalizó.